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ALBANIA

Dhërmi

Aguas turquesas, calles empedradas y un encanto sereno que conquista a cada visitante.

Dhërmi es uno de esos lugares que parecen haber escapado al tiempo. Situado entre imponentes montañas y las aguas turquesas del mar Jónico, este rincón de Albania combina belleza natural y calma absoluta. Es una joya escondida, ideal para quienes buscan desconexión sin renunciar a la autenticidad.

Su arquitectura tradicional, con casas blancas y tejados de piedra, se despliega en calles estrechas y empedradas. Aquí, cada rincón parece una postal viva, decorada con buganvillas, vistas al mar y la sonrisa tranquila de sus habitantes.

Las playas de Dhërmi —especialmente Drymades, Jala y Gjipe— son de las más impresionantes del sur de Europa. Aguas cristalinas, arena blanca, tranquilidad… y la sensación constante de estar descubriendo un secreto. En Gjipe, puedes bañarte entre acantilados rojos en un entorno aún virgen.

La espiritualidad también forma parte del alma de Dhërmi. Varias iglesias ortodoxas, algunas excavadas en la roca, invitan al recogimiento. Subir a los miradores al atardecer es un ritual mágico: la luz baña los tejados, el mar brilla y el silencio envuelve todo.

Aunque es pequeño, Dhërmi se está reinventando con propuestas sostenibles: alojamientos boutique, yoga frente al mar, senderos naturales y experiencias culturales auténticas como talleres de cocina albanesa o música tradicional en vivo.

Por todo esto, Dhërmi es mucho más que un destino de playa. Es un refugio para el alma. Un lugar donde el tiempo se ralentiza, donde cada día termina con una cena al aire libre, estrellas sobre la cabeza y el suave susurro de las olas como banda sonora. Aquí no solo se viaja, se sueña.

Durrës

Playas doradas, ruinas romanas y un espíritu vibrante que fusiona lo antiguo y lo moderno en la costa de Albania.

Durrës es la ciudad costera más antigua de Albania y una de las más sorprendentes del Adriático. Fundada hace más de 2.500 años, combina una energía moderna con la solemnidad de los vestigios de su pasado romano y bizantino. Aquí, la historia se asoma entre cafés, plazas y avenidas con vistas al mar.

Su gran anfiteatro romano, el más grande de los Balcanes, es testigo silencioso de una época gloriosa. A pocos pasos, los mosaicos bizantinos, la Torre Veneciana o la muralla antigua narran capítulos de un pasado multicultural. Pasear por Durrës es recorrer siglos con cada paso.

La playa urbana, extensa y animada, ofrece arenas suaves y aguas cálidas, ideales para familias y viajeros que buscan descanso sin alejarse del corazón de la ciudad. Al caer la tarde, el paseo marítimo cobra vida: música, heladerías, restaurantes y un ambiente mediterráneo que invita a quedarse.

Pero Durrës no solo vive de su legado. La ciudad late con modernidad: cafés de autor, boutiques de diseño albanés, galerías de arte y una escena gastronómica en crecimiento. Aquí puedes degustar mariscos frescos frente al mar o perderte en mercados tradicionales donde el tiempo parece haberse detenido.

Muy cerca, colinas verdes salpicadas de viñedos y olivares completan la experiencia. Algunas bodegas ofrecen catas y vistas panorámicas que revelan otra cara de la ciudad: la del campo albanés, sereno y generoso.

Durrës es perfecta para quienes quieren sentir la historia sin dejar de disfrutar del presente. Una ciudad que no solo se visita, se vive. Frente al Adriático, cada puesta de sol en Durrës es una promesa de volver.

Theth

Montañas majestuosas, aire puro y una paz que parece detenida en el tiempo.

En el corazón de los Alpes albaneses, Theth es un pueblo de piedra y silencio, rodeado de montañas que rozan el cielo. Sus casas tradicionales, sus caminos de tierra y el sonido del río Shala crean un paisaje de serenidad pura.

El Parque Nacional de Theth es un paraíso para los amantes del senderismo y la naturaleza. Desde el legendario paso de Valbona hasta la impresionante cascada de Grunas, cada rincón revela una belleza intacta, donde la naturaleza se muestra tal como fue hace siglos.

Los visitantes pueden descubrir la historia en la “Torre de Aislamiento”, símbolo de antiguas tradiciones, o disfrutar de una comida casera preparada por las familias locales, siempre con una sonrisa y hospitalidad sincera.

Theth no es solo un destino: es una experiencia espiritual. Un lugar donde el tiempo se detiene, donde el aire huele a libertad y donde cada montaña cuenta una historia. Quien llega a Theth, se lleva consigo el alma tranquila de Albania.

Ksamil, Albania

Arena blanca, aguas turquesas y un rincón del Mediterráneo que enamora sin pretenderlo.

Ksamil, al sur de Albania, es el destino que muchos llaman “el Caribe del Adriático”. Pequeñas calas de arena fina se abren paso entre aguas transparentes, donde el azul se mezcla con el verde esmeralda y las islas parecen flotar cerca de la costa.

Ubicado dentro del Parque Nacional de Butrint, Ksamil combina belleza natural con historia antigua. Desde aquí se puede visitar el yacimiento arqueológico de Butrint, Patrimonio de la Humanidad, o disfrutar de un paseo en barca por las islas que descansan frente al pueblo.

Durante el día, sus playas invitan al descanso y a los baños tranquilos, mientras que al atardecer los restaurantes junto al mar sirven pescado fresco y vino local frente a vistas inolvidables. En temporada baja, Ksamil ofrece una calma casi mágica, ideal para quienes buscan desconectar sin alejarse demasiado del mundo.

Más que un destino de playa, Ksamil es una experiencia visual: un lugar donde el mar y la luz se combinan para recordarte que la belleza, a veces, se encuentra en los lugares más sencillos.

Valbonë

Montañas majestuosas, valles verdes y un refugio donde la naturaleza es la protagonista.

En el corazón de los Alpes albaneses se encuentra el Valle de Valbonë, uno de los paisajes más impresionantes y tranquilos de Albania. Montañas escarpadas, bosques de abetos y un río de aguas turquesas crean una atmósfera que parece detenida en el tiempo.

El Parque Nacional de Valbonë es el destino ideal para los amantes del senderismo, la fotografía y la conexión con la naturaleza. Sus rutas, como la famosa travesía Valbonë-Theth, ofrecen vistas panorámicas y una experiencia única en plena montaña balcánica.

Los pueblos del valle conservan la esencia rural albanesa: casas de piedra, chimeneas humeantes y la hospitalidad cálida de sus habitantes. Aquí se puede degustar comida casera como el flija o el queso de montaña, mientras el sonido del río Valbonë acompaña cada momento.

En invierno, el valle se cubre de nieve y adquiere una calma mágica; en verano, se llena de vida con flores silvestres, rutas de senderismo y cielos despejados. Valbonë no es solo un destino, es una experiencia profunda de paz, aire puro y naturaleza en su estado más auténtico.

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